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viernes, 21 de diciembre de 2007

Leones del Caracas, la empresa


Los viejos empresarios, o los empresarios de vieja guardia, acostumbran a tener su dinero invertido en varias empresas. Casi todas esas empresas son rentables o muy rentables, pero algunas, o al menos una de ellas, suelen ser un desparramadero de dinero.
Sin embargo, por algún motivo, y créanme que hay muchos, el dueño mantiene viva a la empresa de cifras rojas. Puede que esa sea la que maneja uno de sus hijos(as), posiblemente el(la) menos destacado(a) (de los(as) hijos(as), me refiero), o la que dio el origen a la fortuna que ahora se disfruta, o es aquella empresita que se dedica a producir los dulces que el anciano dueño mas estima. Hay otros motivos un poco más perversos: se trata de tener a una empresa icono, sustentada en su historia, pero que en el fondo no representa ningún interés en particular. A este tipo de empresa me atrevo a calificarla como “la empresa marketing” del consorcio empresarial. Es la empresa de los regalos corporativos, pero es la en que menos piensa el principal accionista.
Yo estoy pensando que el equipo Leones del Caracas puede que sea para la Organización Diego Cisneros ese tipo de empresas; la empresa que se tiene por cariño o porque da caché, y no por los ingresos que generan.
Porque es evidente que ser el dueño de uno de los equipos de baseball mas importantes de Venezuela, con mas de 50 años de historia, con un registro de valiosos peloteros nacionales e internacionales incluyendo (lista corta) Andrés Galárraga, Baudilio Díaz, César Tovar, Pete Koegel, Jesús Marcano Trillo, Pete Rose, Omar Vizquel, Antonio Armas, Víctor Davalillo, implica controlar algo invalorable.
Y lo considero analizando la conducta que ha tenido el Sr. Cisneros para con un equipo que hace dos temporadas se tituló Campeón de Venezuela y el Caribe, pero que después de ello han sufrido dos temporadas terribles, la del 2006-2007 donde fueron eliminados y la de 2007-2008 a la cual nos espera otra vez el “no vas pal baile”, aun cuando hayan fanáticos que hoy crean que no será así. El Sr. Cisneros ha dejado estos dos años de fracasos al mismo Gerente general y con él, al Manager. Y con decepciones y ausencias en la fase del todos contra todos y en la final, no hay fanáticos que dejen los bolívares que hacen rentable a la empresa. Si es “empresa marketing” lo anterior es una nimiedad.
Pero puedo estar equivocado. A lo mejor al dueño si le importa el equipo, quiero decir la empresa, y la ve rentable, y no la tiene sólo por imagen. Si es así no me sorprendería que a partir de enero Ariel Pratt y Carlos Hernández se dedicaran a actualizar su currículo para buscar un nuevo empleo.
Mi sugerencia es que se vayan al Magallanes, un equipo que promete.


Alejandro Luy
21 de Diciembre de 2007

Ariel, ¿Ahora qué hacemos?


La pregunta no va dirigida al protagonista de la guaracha ni al jabón que deja la ropa blanca, sino a Ariel Pratt, Gerente general de los Leones del Caracas, equipo que respaldo desde hace un pocote de años.
El porque te estoy escribiendo (¿no hay problemas que te tutee, verdad?) tu debes imaginarlo. Pensaba escribirte ayer cuando anotamos 11 carreras y sin embargo perdimos por tres carreras ante los Cardenales, el “wild card” del “round robin”. Estas letras debían aparecer luego del juego donde por segundo día consecutivo Marcos Scutaro cometió un error al campo, porque quizás anda “desmotivado”. Pero estaba con unos amigos, y hoy salí con la familia, así que tuve que esperar hasta el domingo por la noche, después del las nueve arepas que nos dieron Los Tigres.
Quiero saber en qué estás pensando luego de la debacle. Porque, aunque quieras ocultarlo, sabes que estamos eliminados, que no vamos pal baile, que se acabó la temporada y algo debes tener en la cabeza.
Por ejemplo yo creo que debes estar pensando en las decisiones. No creas tu Ariel, que yo creo que las medidas de un equipo de baseball – la del manager o la del gerente general - deben ser consultadas a los fanáticos. ¡Dios nos libre que adoptemos el método en el deporte!
Pero los fanáticos tenemos la libertad de cuestionarlos a ellos y a sus decisiones. Para eso somos fanáticos. Cómo no comentar la decisión de Luis Sojo en el Mundial de Baseball de lanzarle a David Ortiz teniendo la primera base desocupada, quien luego la botaría de jonrón. O cómo no tener una opinión cuando la “directiva” del Caracas le dijo chao a Carlos Subero y trajo a Carlos Hernández.
Mi nivel de “cuestionamiento de fanático” llega hasta plantearte que Ariel, asumas tu responsabilidad. Si tu fuiste el que decidiste cortar seis años de formación de Carlos Subero en el Caracas, el que decidió cesantear al manager que nos sacó del foso en la temporada 2005-2006 en una crisis peor a la vivida en esta temporada (lo que pasa es que 11 derrotas seguidas hacen mucho ruido), si fuiste el artífice de la botada del dirigente que llevó al equipo a ser Campeones de la Serie del Caribe, si creíste que hacía falta “carácter” (¿mano dura?) para volver al equipo ganador, y ahora tenemos el resultado que tenemos, yo creo que tu deberías hacer algo.
Yo seguiré siendo fanático de Los Leones del Caracas y militante del TOCOMA (TOdos COntra el MAgallanes), pero tu qué harás.
¿No has pensado en renunciar?.
Alejandro Luy
© Nojile.
Ilustración: Rogelio Chovet
Escrito en diciembre de 2006

Los sotaneros


En los años 80, la gerencia del equipo de los Orioles de Baltimore contrató a un ornitólogo para “transformar” la imagen de su equipo. Decidieron que ya era tiempo de dejar atrás la caricatura del pajarito para convertirlo en el verdadero oriol, que es un ictérido familia del turpial.
Me sirve la introducción para notificar la renovación de imagen y nomenclatura de algunos equipos de béisbol venezolano, que busca, como objetivo central, corregir imperfecciones inaceptables en el Siglo XXI.
Me han encomendado esta labor, que ejerzo con la objetividad de un seguidor de los Leones del Caracas. Para empezar, he encontrado la necesidad de modificar la imagen de cuatro de los equipos: las Águilas del Zulia, los Tigres de Aragua, los Cardenales de Lara y los Tiburones de la Guaira.
En todos esos casos, hay que pasar de la “comiquita” hacia una representación fiel del animal que identifica al equipo. Un caso grave es el de las Águilas, representadas por un águila calva, imagen del imperio de Mr. Danger. Por más que el gobernador sea Rosales, no se puede permitir que un águila yankee los simbolice. Hemos decidido cambiarla por un Águila de copete, que luce bastante distinta a la calva, pero al menos está en la Sierra de Perijá.
Los Tigres de Aragua más tigres de la India no pueden ser. Se tratan de unos felinos con rayas y no con manchas como nuestro yaguar. Ya hemos designado un ilustrador de fauna silvestre para que haga los nuevos bocetos del logotipo del equipo de Miguel Cabrera.
Con los Cardenales los cambios serán menores, ya que el dibujo que identifica obviamente fue inspirado en el cardenal coriano, ave habitante de las zonas secas de Falcón, Zulia y Lara. Para los tiburones, estamos consultando a los especialistas a fin de escoger como representación al escualo más agresivo del país.
Por razones distintas a la de su imagen gráfica, también estamos revisando la situación de dos equipos: Pastora de los Llanos y Navegantes del Magallanes. Dos preguntas ilustran el problema: ¿qué es un Pastora? y ¿dónde queda Magallanes?
Sobre Pastora, el Diccionario de la Real Academia Española de la lengua dice: 1. m. y f. Persona que guarda, guía y apacienta el ganado, especialmente el de ovejas; 2. m. y f. Persona que tiene la prelatura o cualquier otra dignidad eclesiástica cristiana con fieles a su cargo y cuidado. 3. m. rur. Ur. Semental equino o porcino; 4. f. C. Rica. flor de Nochebuena. No se que pensará usted, pero a menos que se refieran a que los jugadores sean unos machos reproductores, ninguna de las otras acepciones me parece ajustada a un equipo de béisbol. Así hemos considerado cambiar el nombre a Arroceros, Maiceros o Cafetaleros de Portuguesa, en honor a uno de los rubros agrícolas de la región y asignado la representación al estado donde juegan.
Pero aun nos queda un problema: los Navegantes del Magallanes. En primer lugar, y por los mismos argumentos esgrimidos antes, estos deben dejar de ser “del Magallanes”. ¿Acaso usted sabe dónde queda Magallanes? No existe en Venezuela ciudad, pueblo o estado llamado Magallanes, y por tanto esto debe ser eliminado del nombre del equipo. Por la ubicación de su sede, el equipo debe ser de Valencia o de Carabobo.
Además, nos parece curioso lo de “navegantes”. Aunque tenga costa, el estado Carabobo no puede ser identificado en su conjunto con el mar. Como dicen que Valencia es la ciudad de las “naranjas dulces, las mujeres bellas y…” alguna otra cosa más, pensamos que podrían llamarse los Naranjeros de Valencia. Pero no nos convenció. Sonaba mucho a México, y como andamos peleados con Fox, preferimos descartarlo.
Finalmente hemos decidido que en este equipo su denominación reflejará algo que les es muy natural en el juego de béisbol. Así, les anuncio, que desde ahora en adelante el equipo será “Sotaneros de Carabobo”.
Alejandro Luy
Ilustración: Rogelio Chovet
Publicado el 8 de noviembre de 2005 en El Mundo

¿Y qué pasa si es verdad?


En la mitad de la temporada de béisbol 2005-2006 los Leones del Caracas estaban en el sótano de su división. Sus lanzadores abridores, en promedio, no llegaban a cubrir 4 innings. Por esos tiempos, el manager Malavé decidió renunciar y darle paso a Carlos Subero.
Contra todos los pronósticos, Caracas logró remontar, clasificando como el segundo de su división al round robin. En ese todos contra todos, ganó sus últimos 4 juegos y clasificó venciendo (y eliminando) a los Navegantes del Magallanes. Allí perdió todos los juegos contra Los Tigres de Aragua, quienes a la larga serían sus rivales.
Así va a la final contra el equipo aragüeño, continúa con una buena selección de refuerzos, pierde el primer juego y luego vence los 4 siguientes para titularse Campeón de Venezuela. Entonces llega la Serie del Caribe y gana los seis compromisos para ser los campeones.
Los Leones del Caracas ganaron 14 de sus últimos 15 juegos, pero ahora dicen, desde periodistas hasta los más furibundos fanáticos de otros equipos, que Gustavo Cisneros compró el Campeonato y hasta la Serie del Caribe. Fue la chequera del Cisneros (no los bates y ni los guantes) quien nos dio la alegría vivida comenzando el mes de Febrero. Y todo eso lo hizo como parte de una jugada política contra el presidente Chávez.
Como yo no tengo pruebas de que la chequera haya sido la responsable de las carreras y los outs, así como tampoco tienen prueba los que apoyan esa tesis, he decidido pensar, qué pasaría si soy yo quien se equivoca. ¿Qué debería pensar si fuera verdad que el campeonato fue comprado; que Buddy Bailey se vendió y por eso no escogió a Carlos Guillén como refuerzo, ni hizo los cambios de sus pitchers en los momentos indicados; que el desempeño de Alex Cabrera, Alex González, Scutaro, Trías, el “Guti” Gutierrez, Blanco, y casi todo el equipo era absolutamente una farsa, ya que todo estaba montado? ¿Cuál sería mi conclusión si nuestro equipo también tuviera “las medias negras”, como aquel de Chicago que vendió la serie mundial?
¿Qué pasa si es verdad que la alegría desbordante después de que Los Leones ganaran la serie de Campeonato y la Serie del Caribe se la debemos a una firma sobre un papel con un pocote de ceros? ¿Qué pasa se es verdad que los magallaneros gritando “León, león, león”, y las caravanas, y la celebración en Los Proceres sin matiz político, son producto de la debilidad de más de uno que se dejó sobornar?
Si Los Leones ganaron porque Los Tigres (de Aragua y de Licey) se vendieron (cosa aun por demostrar), al menos una conclusión deberíamos llegar: Cisneros sigue siendo el empresario más exitoso de Venezuela, hizo una inversión y obtuvo sus resultados. Lo mejor es que ese éxito ha sido tan grande que nos lleno de alegría al resto de los venezolanos.
Lo demás son especulaciones, hasta que no se demuestre lo contrario.
Alejandro Luy
Ilustración: Rogelio Chovet
© Nojile. 12 de febrero de 2006.