viernes, 15 de enero de 2010

Recuerdos de 89 años


Livia Margarita González de Luy o "Margocita", como le conocen todos y todas quienes le conocen, es de Santa Bárbara del Zulia, donde nació el 13 de septiembre de 1920. Su padre, Luis Antonio González, era ganadero, y había quedado viudo luego del nacimiento de su primera hija, ella, mi mamá.

En julio de 2009, cercano a su cumpleaños 89, a ella le diagnosticaron demencia vascular. Según explicó el médico, las venas y las arterias se nos van tapando, y menos sangre llega y empiezan a ocurrir pequeñas muertes cerebrales.

Y entonces, quien esto padece, empieza a traer los recuerdos más lejanos, a los cuales de alguna manera confunde con el ayer. Los primeros días mi mamá quería irse a casa de su abuelita - quien la crió - y hablaba de sus tías.

En el proceso de atenderla, hemos utilizado a la música como una especie de terapia para mantenerla ocupada, despierta y entretenida.

Una noche, mientras escuchaba música conmigo y mi papá, empezó a traer al hoy los recuerdos de las 80 años atrás, entre finales de los años 20 y comienzos de los 30.

"Yo estudiaba en el colegio de una señorita llamada Carmelita Roldán. Nunca se casó. Era un colegio de niñas con dinero de Santa Bárbara. Cuando mataban una res, mi papá le mandaba carne. También le llevaba cuajada".

"¿Se habrá muerto la señorita Roldán?" se preguntó mi mamá en medio de la conversación.

"Conmigo estudiaba una morenita llamada Olga Martínez. Su papá se llamaba Trinidad y era sastre".

"Olga Martínez tocaba el violín. Yo estudiaba piano".

Margocita estudió hasta sexto grado, "cuando nos fuimos a Maracaibo. Tu sabes que en ese tiempo las mujeres estudiaban hasta sexto grado". Pero impresiona ver su letra, que ya no puede hacer con todo el equilibrio posible, perfecta, elegante y absolutamente legible.

Junto a esos recuerdos están todas las letras de las canciones. Es frecuente oirla acompañando a Alfredo Sadel a cantar Taboga, Simón Díaz, Felipe Pirela, Rocío Durcal, y con Oscar De León cantando Frenesi.

Es curioso pensar que mientras más viejo nos ponemos, son los primeros recuerdos, o aquellos que están más lejos, los que nos acompañan, aunque no nos demos cuenta.
En la foto de derecha a izquierda: Betty González (sobrina de Margocita), Jorge Manuel, Margocita, Mary y yo.

domingo, 3 de enero de 2010

7 consejos para una vida más calmada

Mantener el estrés bajo control es tan importante para un estilo de vida saludable como alimentarse bien y hacer ejercicios
1. Vea las cosas en perspectiva: Cuando cualquiera se enfrenta a un problema que debe ser solucionado rápidamente, es normal estresarse. Lo importante es preguntarse: ¿esto me va a afectar de la misma forma dentro de un año? Si la respuesta es no, lo que toca es respirar profundo y ponerse manos a la obra con un plan para solucionarlo.
2. Plantéese una lista de opciones: Cuando tenga un problema, siéntese a hacer una lista de posibles soluciones ya que cuando se concientiza que hay diferentes alternativas, la presión baja.
También es importante aceptar que hay cosas que no se pueden controlar.
3. Concédase un break: Los factores estresantes suelen atacar todos los días, por eso los expertos recomiendan que también diariamente hay que hacer algo relajante. Puede ser escuchar música, meditar, escribir, leer, etc.
4. Haga ejercicio: Está comproba- do que la actividad física alivia los efectos emocionales del estrés. Considere el yoga, el tai chi, el pilates o cualquier arte marcial, ya que resultan muy efectivos para deshacerse de la negatividad.
5. Exprese sus sentimientos: Hable con personas de confianza, como amigos o familiares, sobre lo que piensa o le inquieta. Aunque usted no esté esperando un consejo específico, sólo desahogarse ya puede serle útil.
6. Maneje expectativas razonables: Tener muchas cosas que hacer algunas veces es inevitable, pero vivir desbordado puede ser una fuente inagotable de estrés. Además de tratar de llevar una vida más organizada y planificar sus actividades diariamente, es importante saber decir que no.
7. Resuelva hoy: Un pequeño inconveniente se puede convertir en una gran crisis si no se resuelve a tiempo. Es humano tratar de evadir los asuntos desagradables, pero es preferible atajarlos antes de que se vuelvan más difíciles de solucionar.

Fuente: Todo en Domingo, Diario El Nacional (4-1-2010), que a su vez lo toma de http://www.everydayhealth.com/