domingo, 29 de enero de 2012

El mejor deporte para ver en televisión


Las mujeres viven quejándose de que una de las pocas cosas que hace un hombre es sentarse a ver el futbol o el béisbol. Yo digo que si fuera más perspicaz, el gremio femenino debería estar feliz de que esos sean los deportes más vistos por nosotros.
Mi aseveración se debe a un análisis sencillo. Ambos deportes, si son disfrutados por televisión, es lo mejor que puede hacer un hombre para beneficio de la mujer. En ambos casos, al igual que en el baloncesto, fútbol americano, volleyball, rugby, entre muchos otros la imagen central está dada por un poco de carajos feos, sucios, que de vez en cuando celebran puntos, carreras, cestas, goles y triunfos como los propios carajitos. Golpean sus pechos, se tocan las nalgas, se abrazan tirados en la grama, se suben en caballito. Ante ese espectáculo, y si está segura de que su pareja es heterosexual y madura, usted debería sentirse muy tranquila.
En cambio hay un deporte que, por su bien, las mujeres deberían sentarse a ver con sus parejas: el tenis; el mejor deporte que un hombre puede ver por televisión. Para empezar difícilmente otro deporte practicado por mujeres tenga más horas de televisión que el tenis. Por ello los hombres hemos encontrado un sano entretenimiento al disfrutar las figuras en traje de Nike o Adidas de chicas como María Sharapova, Ana Ivanovic o la recién aparecida Victoria Azarenka. Incluso más de uno debe babearse con las voluptuosidades tenísticas de Serena Williams.
Pero incluso, durante los partidos de tenis de hombres, la pantalla se ha vuelto muy generosa. Fíjese lo que ha sucedido en el Abierto de Australia donde además de los excelentes desempeños de los primeros cuatro del ranking pudimos disfrutar de las hermosas novias de Murray, Nadal y Djokovic.
En la final, luego de cada punto, e independientemente de a quien beneficiara el desenlace, los generosos camarógrafos de ESPN mostraban a la novia de Djokovic y Nadal. Fueron 6 horas de dos mujeres bellísimas, mientras que un par de carajos dejaban el alma y el cuerpo en la cancha. Mientras la rubia Jelena Ristic (en la foto) sufría y se emocionaba con las acciones del serbio, la morena Xisca Perelló hacía lo propio por el español.
Imagino que mis amigos hombres deben estar molestos por haber develado este secreto que desnuda sus verdaderas intenciones cuando hacen el seguimiento diario de los torneos grandes del tenis, en su ramas masculinas y femeninas. A ellos les digo que no se preocupen: hasta donde tengo conocimiento ninguna de las mujeres lee vainas que hablen de deportes, particularmente si son escritas por mí.


Alejandro Luy
29 de enero de 2012

viernes, 6 de enero de 2012

Historia incompleta de una pelota de béisbol (II)


Al menos puedo mencionar a tres hombres venezolanos que no le gusta el béisbol; que no tienen ni siquiera un equipo que los emocione lo mínimo necesario 8sea los que sea "lo mínimo necesario").
Esos son mis amigos Carlos Queremel, Moisés Mérida y mi hermano Jorge González.
El preámbulo es para informar que parte del dilema de la Historia incompleta de una pelota de béisbol ha sido resuelta justamente por uno de ellos, mi hermano.
Jorge recordó que fue él quien llevó la pelota a la casa, pero no porque la hubiese comprado, o hubiera ido a un juego de béisbol y solicitado el autógrafo a los peloteros dominicanos. Nada de eso. Resulta que en una apuesta con un amigo, este último perdió y con lo único que podía pagar era con esta pelota, a la cual mi hermano - en esencia - no le paró pelota.
Así este pequeño tesoro se quedó en nuestro cuarto y de allí a mi gaveta, hasta llegar a este blog, de manera virtual.
Resuelta una parte de los dilemas seguimos buscando datos más precisos sobre los jugadores.