martes, 22 de enero de 2008

Ni Ni: Llegó el momento


Ser o no ser he allí el dilema Hamlet. William Shakespeare
I
Ciertamente mi novia es fea, gorda y mofletuda. Además tiene bigotes y un carácter de perros (con respeto a los perros). Sus olores son insoportables, al igual que sus gestos y sus eructos.
Come como una bestia, pero no sabe cocinar. Odia el trabajo pero le encanta ir cada semana de compras a los centros comerciales para gastar un dineral en ropa que no le luce. Yo la mantengo a ella y al hogar donde vivimos. Ella es para mi como un impuesto venezolano: un dinero que gasto del que recibo pocos beneficios.
Aunque me duela confesarlo, también soporto sus malos tratos, sus gritos y uno que otro golpe de sus fuertes brazos.
De noche vemos juntos las novelas que ella elige. Algunas veces me toca la mano y hasta me da un beso. Algunas veces se acuerda de mi. Es obvio que de sexo nanai nanai desde hace mucho tiempo.
Pero de verdad que no soy feliz. Añoro eso que llaman cariño. Quisiera dejarla y hacer una nueva vida. Pero siempre me pregunto: ¿después de ella, quién?. ¿Acaso podré no extrañar sus ronquidos, sus peroratas y sus peleas?. Podré ser más feliz que ahora.
II
Sin duda esa morena está bien buena. Su figura es perfecta. Grandes y hermosos senos, cintura pequeña con claros signos de estar ejercitada, caderas anchas que se descubren por completo cuando usa sus jean de talle bajo. Sus ojos son grandes y alegres, y le hacen fiesta a una hermosa sonrisa. Además es una mujer brillante y culta. La tipa está buena y creo que le gusto.
Ahora que estoy frente a ella en esta fiesta, de esta manera tan distendida, no estoy seguro si deba invitarla a tomar un trago afuera. Es que a lo mejor ella acepta, y entonces nos vamos juntos y terminamos en un hotel. Entonces es posible que ambos disfrutemos de una noche sensacional, yo con poderosas erecciones y ella con estruendosos orgasmos.
Quizás empecemos un tórrido romance que culmine en boda y después de unos años ella quede embarazada, y luego tengamos dos o tres muchachitos. Entonces las tetas se le van a caer y tendremos que gastar un dineral en siliconas, y la cintura se ensanchará y de nada servirá la lipoescultura porque se pondrá gorda como un barril. Las piernas se le tornarán flácidas y sus nalgas sentirán el efecto de la gravedad.
Si ella se va conmigo esta noche qué pasará. A lo mejor llegamos juntos a viejos, y entonces tendré que soportar su olor de vieja. O a lo mejor se va a ahora conmigo al hotel y tenemos un pésimo sexo y no nos volvemos a ver.
III
Bueno ni ni: tienes la calavera en la mano. Ser o no ser, he allí el dilema. Llegó el momento: sí o no. Recuerda la frase popular: hombre cagao no preña mujer bonita.
Y claro, si se trata de una mujer ni ni, cambiará el ejemplo, pero la calavera es la misma.
Alejandro Luy
Publicado el 5 de agosto de 2004 en El Mundo
Ilustración: Rogelio Chovet

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