sábado, 12 de enero de 2008

Reconvertidos


De verdad que sólo la mención de la reconversión monetaria y la entrada del Bolívar fuerte en nuestras vidas a partir del mes de enero ya ha empezado a tener impactos sicológicos y de otro tipo a todos los ciudadanos.
Aunque parezca descortés, comienzo hablando de mi caso. Cerca de donde vivo hay un indigente con algunos problemas mentales que pide a todo transeúnte "100 bolos". La lógica indica que, dada su condición, este hombre no debe estar enterado del plan ideado por el Banco Central y el cambio de nuestra moneda a partir de enero de 2008. Pero, ¿y si el tipo no está tan loco? ¿Qué pasa si sigue pidiendo en enero "100 bolos" y se arrecha si no le das lo que el realmente espera, es decir 100 bolívares, pero fuertes, es decir 100.000 bolos actuales? Yo aun me devano los sesos sobre cual debe ser mi accionar. Así mientras sigo dándole sus "100 bolos" cada vez que lo pide, pienso si será adecuado conseguirle información sobre la reconversión y las nuevas monedas y billetes, dedicarme personalmente a instruirlo o me preparo para evadirlo en el futuro cercano, por si a las moscas.
Por otra parte, ustedes saben que a partir del 1ero de Octubre es obligatorio que todo producto o servicio debe poseer su valor en bolívares y bolívares fuertes, pero ya muchos negocios se han adelantado. Si va a Locatel, al Excelsior Gamma, o Cada, ya los habladores tienen la cifra en bolívares y abajo el mismo numerito con la coma tres lugares a la izquierda. Y de esa situación no escapan las ventas en Internet. En ese sentido, hay evidencias de que los servicios de masajistas que se ofrecen en tiendas virtuales ya cuentan con la discriminación impuesta por la ley de reconversión. "Ginger. Hora 200.000 Bs / 200 Bs. Fuertes. Sólo en efectivo", puede leerse al lado de la foto de la chica y sobre su número de teléfono.
Una situación especial es la de los buhoneros. Muy raras veces usted encuentra algún cartel que indique el precio de sus productos, situación común con cualquier puesto de venta improvisado ubicado en un mercado popular. De esta forma estimo que será este sector el que desarrollará las mayores habilidades matemáticas porque se verán forzados, entre octubre de este año y junio del próximo, cuando desaparezca definitivamente el bolívar que conocemos, en expresar a viva voz el valor en las dos denominaciones.
Hay otras inquietudes. Cómo llamaremos a las nuevas monedas, billetes y sus denominaciones. ¿Los 12 1/2 céntimos fuertes serán la lochas fuertes? ¿Cuándo algo cueste una tabla o una luca, entenderemos que nos referimos a un millón de bolívares actuales, o sea a 1000 bolívares fuertes? ¿Podremos llamar "cachete" al billete de 50, y "puya" a los 0,05 centimos fuertes?
Y por último, diremos acaso que una de las mentiras del venezolano es "préstame 10 bolívares fuertes que te los pago mañana". De lo que no hay duda es que las otras dos mentiras seguirán siendo las de siempre.

Alejandro Luy
26 de septiembre de 2007

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