Mostrando entradas con la etiqueta elecciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta elecciones. Mostrar todas las entradas

domingo, 18 de diciembre de 2011

Agua, jabón y ghetto


Vivo desde hace dos alcaldes en el Municipio Libertador del Distrito Capital, lo cual es parte pero no toda Caracas. He vivido los buhoneros con licencia para operar de parte de Bernal y también el ser y no ser de Jorge Rodríguez sobre el problema del “comercio informal” (¿o será el comercio ilegal?). Y digo que ser o no ser porque cuando ha convenido (¿al igual que Bernal?) voltea la mirada, tal como lo hace en estos momentos, para que la gente venda en todas las calles del municipio. Si no puedes resolver el problema, ignóralo es su consigna.
Esperanzado en que un nuevo alcalde, que deberá venir de la oposición, pueda cambiar algo, he estado viendo las ofertas de algunos de los precandidatos y pensando lo que yo – como ciudadano y votante – deseo de ese funcionario para ésta parte del país, donde se asientan todos los poderes públicos y parece que todos los males.
De los que están para batirse en duelo el próximo 12 de febrero a quien más he escuchado es a Antonio Ecarri, cuya bandera es la educación, tanto así que sus pancartas y calcomanías son un lápiz. Adicionalmente ha dicho que garantizará la seguridad de los caraqueños.
Justamente esas dos ofertas de este pre-candidato son las que garantizarán que yo – por ahora - no vote por él. ¿Por qué? Porque para mí el alcalde es un conserje y ellos no están, no pueden, carecen de la infraestructura y los recursos para lograr una educación de calidad que cambie significativamente en cuatro años a los carqueños. Está bien que quiera insertar “educación ciudadana”, ciertas normas de conducta, pero para mí eso es una herramienta pero no es el fin en sí mismo. También es mentira que pueda hacer mucho por la seguridad. Puede fomentar canchas, torneos, bibliotecas, espacios iluminados y vigilados, pero si “al pata e´loro” no lo agarran y lo juzgan el tipo seguirá jodiendo el parque.
Pero como no se trata de una animadversión contra Ecarrí rescato una oferta por la cual consideraría apoyarlo. Palabras más palabras menos, el pre-candidato ha dicho que Caracas lo que necesita es una buena lavada con agua y jabón. Ésta afirmación demuestra que el señor conoce o ha pateado la ciudad.
“Mi primera acción de gobierno será la limpieza de calles, plazas y avenidas con agua y jabón” puede ser el disparador para que yo acuda a votar por el candidato que públicamente la espete reiteradamente hasta que me convenza de que el está convencido de que por allí se empieza. Ya Ecarrí lo dijo una vez, para mí no es suficiente, aunque va por buen camino.
De manera complementaría podría decir voy a recuperar las plazas, iluminarlas y colocar vigilancia, y que va a declarar “áreas liberadas de buhoneros” (fíjense que no le pido que me ofrezcan que van a acabar con ellos, porque nadie lo va a hacer). Es decir, estoy dispuesto a votar por el candidato que mínimo me garantice un ghetto bonito y seguro dentro del caos de la ciudad.
Así que Blanco, García, Ecarrí, González, Melo y Miquelena, mis oídos esperan sus primeras palabras de política pública municipal: agua, jabón y ghetto, venceremos.

Alejandro Luy
18 de diciembre de 2011

martes, 22 de enero de 2008

Carta al CNE


Señores rectores y señora rectora del CNE, directores y demás miembros representantes de eso que llaman Poder Electoral.
Les escribo esta carta pública para hacerles una propuesta que seguro será respaldada po r millones de personas. No se pongan nerviosos (aunque me pregunto si habrá algo que a estas alturas los ponga en ese estado), ya que la innovadora solicitud no tiene nada que ver con el revocatorio presidencial.
Sucede que cada mañana, más o menos entre 6:30 y las 7:30, salgo de mi hogar de Los Teques para dirigirme a trabajar en el Municipio Libertador y vivir unas 12 horas en su perímetro, bien en la oficina, en las colas y/o sobre sus aceras.
De esta manera, como permanezco más de la mitad de mi vida en esa jurisdicción, considero "respetuosamente" que debería participar en la elección del alcalde no sólo del municipio donde vivo sino también el de Libertador y hasta el de la Alcaldía Mayor.
Estoy seguro de que ustedes tienen la capacidad de entender la lógica que está detrás de todo esto. Cuando se elige al burgomaestre, se contrata al funcionario público encargado del mantenimiento y funcionamiento de las calles, de la recolección de basura, del ornato, de la planificación de la ciudad, y si yo, por estar la mitad del día en sus calles, me topo con la basura en cada esquina, los semáforos sin funcionar, los parques y bulevares vueltos leña, es sensato que tenga el derecho a elegir a quien tiene que ver con mi diario vivir.
¿Les parece demasiada abstracta la justificación a mi solicitud? Entonces procedo a darle un ejemplo concreto, más bien asfáltico, nacido de lo que he venido viviendo al final de cada jornada laboral justo ahorita, a dos meses de las elecciones.
Fíjense, según la división territorial, los 5 primeros kilómetros de la carretera Panamericana de Caracas a Los Teques deben ser mantenidos, limpiados y asfaltados por el Alcalde del Municipio Bolivariano Libertador, es decir por Freddy Bernal. Pero sucede que los primeros 100 metros de la mencionada vía, por donde miles de habitantes de los Altos Mirandinos transitamos, están llenos de huecos. Así en ese punto, y cuando empieza a subir a su casa, cada conductor baja la velocidad de su auto como queriendo minimizar el daño a sus amortiguadores, y de pronto nos encontramos que la cola que uno consigue en Plaza Venezuela se debe a esos escasos metros que el alcalde de Libertador debe arreglar. El problema se sintetiza en la pregunta: por qué Bernal ha preocuparse por quienes no van a votar por él (si ni siquiera se preocupa por quienes viven en San Agustín o en Los Chaguaramos, agrega una amiga).
Entonces, rectores y rectora, directores y directoras, amigos todos del CNE, no creen ustedes que yo tengo derecho a incidir en la selección de aquel que debe facilitarme la vida. Créanme: yo debo votar en Los Teques y en Caracas. Es más, estoy seguro de que sí le preguntan a quienes viven en los Valles del Tuy, Guarenas, Guatire y el estado Vargas y trabajan en cualquier municipio del Área Metropolitana, ellos apoyarán esta solicitud.
Por favor, considérenlo. El 15 de agosto podríamos inscribirnos para votar en el municipio de "trabajo". Pero decidan pronto, para ver si cuando Bernal se entere de que podemos votar por o contra él, entra en campaña y asfalta la Panamericana.
Alejandro Luy
Publicado en El Mundo.

Ilustracion: Rogelio Chovet

Ni Ni: Llegó el momento


Ser o no ser he allí el dilema Hamlet. William Shakespeare
I
Ciertamente mi novia es fea, gorda y mofletuda. Además tiene bigotes y un carácter de perros (con respeto a los perros). Sus olores son insoportables, al igual que sus gestos y sus eructos.
Come como una bestia, pero no sabe cocinar. Odia el trabajo pero le encanta ir cada semana de compras a los centros comerciales para gastar un dineral en ropa que no le luce. Yo la mantengo a ella y al hogar donde vivimos. Ella es para mi como un impuesto venezolano: un dinero que gasto del que recibo pocos beneficios.
Aunque me duela confesarlo, también soporto sus malos tratos, sus gritos y uno que otro golpe de sus fuertes brazos.
De noche vemos juntos las novelas que ella elige. Algunas veces me toca la mano y hasta me da un beso. Algunas veces se acuerda de mi. Es obvio que de sexo nanai nanai desde hace mucho tiempo.
Pero de verdad que no soy feliz. Añoro eso que llaman cariño. Quisiera dejarla y hacer una nueva vida. Pero siempre me pregunto: ¿después de ella, quién?. ¿Acaso podré no extrañar sus ronquidos, sus peroratas y sus peleas?. Podré ser más feliz que ahora.
II
Sin duda esa morena está bien buena. Su figura es perfecta. Grandes y hermosos senos, cintura pequeña con claros signos de estar ejercitada, caderas anchas que se descubren por completo cuando usa sus jean de talle bajo. Sus ojos son grandes y alegres, y le hacen fiesta a una hermosa sonrisa. Además es una mujer brillante y culta. La tipa está buena y creo que le gusto.
Ahora que estoy frente a ella en esta fiesta, de esta manera tan distendida, no estoy seguro si deba invitarla a tomar un trago afuera. Es que a lo mejor ella acepta, y entonces nos vamos juntos y terminamos en un hotel. Entonces es posible que ambos disfrutemos de una noche sensacional, yo con poderosas erecciones y ella con estruendosos orgasmos.
Quizás empecemos un tórrido romance que culmine en boda y después de unos años ella quede embarazada, y luego tengamos dos o tres muchachitos. Entonces las tetas se le van a caer y tendremos que gastar un dineral en siliconas, y la cintura se ensanchará y de nada servirá la lipoescultura porque se pondrá gorda como un barril. Las piernas se le tornarán flácidas y sus nalgas sentirán el efecto de la gravedad.
Si ella se va conmigo esta noche qué pasará. A lo mejor llegamos juntos a viejos, y entonces tendré que soportar su olor de vieja. O a lo mejor se va a ahora conmigo al hotel y tenemos un pésimo sexo y no nos volvemos a ver.
III
Bueno ni ni: tienes la calavera en la mano. Ser o no ser, he allí el dilema. Llegó el momento: sí o no. Recuerda la frase popular: hombre cagao no preña mujer bonita.
Y claro, si se trata de una mujer ni ni, cambiará el ejemplo, pero la calavera es la misma.
Alejandro Luy
Publicado el 5 de agosto de 2004 en El Mundo
Ilustración: Rogelio Chovet