miércoles, 24 de agosto de 2011

Me fui a la playa (después de mucho tiempo)


Me fui a la playa y apenas llegué, quienes estaban en la arena me bautizaron “el resplandor”.
Me fui a la playa y casi me hospitalizan: nadie sano podía tener ese extraño color en la piel.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y un coleccionista me ofreció 200 bolívares por mis flotadores de Picachú.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y entendí la felicidad de mi amigo Tulio de Barinas el primer día que vio al mar, a una edad cercana a los 30 años.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y me enteré de la invención del bikini.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y pedí una cerveza Cardenal, y la mujer del kiosko exclamó: ¡se te cayó la cédula!
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y me di cuenta que ya mis hijas no llevan tobitos para hacer castillos de arena.
Me fui a la playa, después de mucho tiempo, y pude terminar de leer el libro que había empezado la vez anterior: Cien años de soledad.
Me fui a la playa, y cuando regresé me di cuenta de que venezolano/a que se precie tiene un álbum de fotos en el facebook que se llama “Arenita Playita”.

domingo, 14 de agosto de 2011

Calentando motores


En los dos últimos años, a causa de asuntos personales, mi actividad de productor de artículos fue contrastante: escribí poco para Vivir viviendo (donde usted está ahora) pero inauguré Historia en (re)construcción (cuyo enlace encontrará más abajo). Veintiún artículos para el primer blog y trece para el segundo a parecen escasos para un período de 24 meses, sobre todo si se comparan con los 36 escritos de 2008.
Pero ahora decido reactivarme, básicamente para saciar mi necesidad de opinar, hablar paja pues, de lo que se me ocurra o intentar (re)construir historias posibles, soñadas o deseadas.
Motor 1. Como interpretar una pendejada.
El Consejo Nacional Electoral de Venezuela, ha editado un “Listado (sic) de electores y electoras entre 111 y 129 años de edad”, el cual consta de 60 páginas y ha sido distribuido este domingo 14 de agosto en el diario Últimas Noticias, el de mayor circulación en el país.
¿Para qué carajo sirve esto? Según parecen, pretende el CNE que los miembros de “la juventud prolongada”, diría yo prolongadísima, van a estar pendientes de ver, o de que un hijo, nieto, bisnieto o su equivalente femenino, vean si están en esa lista para llamar a un representante para registrarse.
Pendejadas de esa magnitud solo son posibles en un país de petrodólares. Claro, en su discurso el CNE hablará de “inclusión” y del derecho de todos y todas. Pendejadas de un organismo que es incapaz de publicar en su portal los resultados de las votaciones de los venezolanos fuera de nuestras fronteras.
Soy injusto. Debo reconocer la felicidad para los dueños de perros y canarios. Mañana habra con que recoger los excrementos.
Motor 2. El hombre que amaba a los perros.
“Liev Davídovich concluiría que si muchas veces había tenido dudas respecto a la fidelidad de sus amigos, de lo que podía estar seguro era de la constancia de sus enemigos, fuera del bando que fuesen”.
“Como todos los dictadores, Stalin había seguido la gastada tradición de acusar a sus enemigos de colaborar con una potencia extranjera”.
El libro es del cubano Leonardo Padura.
Motor 3. Historia 13.
Canciones para ti”.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Sobreviví


"El avión, piloteado por un dominicano, se aproximaba al aeropuerto de Maiquetía pero, inexplicablemente, bajó su tren de aterrizaje y procedió a intentar posarse sobre la Avenida Catia La Mar. Sus ruedas llegaron a tocar el piso y, sin colisionar con ninguna estructura o vehículo, volvió a despegar para continuar un zigzagueo entre edificaciones alrededor del aeropuerto. Mientras, los pasajeros escuchaban la conversación del piloto con la torre de control y temían un desenlace fatal. Finalmente el avión aterrizó atravesando las pistas de manera poco habitual, y terminó deteniéndose ante un hangar."
Eso lo soñé dos días después de haber entregado el proyecto de grado (la tesis) de la Maestría en Gerencia Ambiental y por ese motivo lo tomé como una premonición, una señal que decía: sobreviví.
Porque, desde que escribí "Estudiar a los 46...qué necesidad hay de eso", yo sabía que el trayecto entre el inicio y el fin de la maestría no sería un viaje de rutina. Al menos se parecería a varios traslados vividos en estos 22 meses hacia Bogotá: algunas turbulencias, una vez cerrado El Dorado por lluvia y desviado para Medellín, un aterrizaje abortado y varias veces sentado en el asiento del medio, con un par de gordos al lado.
Sería penoso describir cada momento intenso con profesores y monitores, equipos de trabajo, entre otras cosas porque daría la impresión de que no disfrute de manera proporcional a todos los stakeholders antes mencionados. Quid pro quo.
Seis días después del sueño (¿por qué no le llamo pesadilla?) recibí, en primer lugar, un correo grupal con un impersonal "felicitaciones a todos" y luego otro con una tabla contentiva de la nota final del proyecto de grado, que confirmaba el presentimiento.
Pero el paralelismo entre la alucinación y la maestría llegó hasta el punto final de la historia. Así como milagrosamente el avión logró aterrizar y estacionarse, para mí fue un prodigio la aprobación del proyecto de grado, el último paso para la salvación de la maestría. No fue lo mismo para mis compañeras y compañeros, cuya inteligencia y capacidades “nérdicas” no pueden ser equiparadas a las de un tipo que llaman “Alejo”. Ell@s tuvieron un aterrizaje seguro.
Dicen que quien sobrevive a un accidente o desastre aprende a valorar la vida y siempre quedan con cierto temor a tomar el mismo riesgo. Por tanto, no esperen por ahora verme sentado en un aula de clase. Eso se los dejo a Caro K, Juanita y a José Agustín, quienes seguro ya están escogiendo el doctorado a cursar o, peor, acaban de pagar la matrícula del primer semestre.

Alejandro Luy – Agosto 2011

martes, 15 de marzo de 2011

A Skármeta por azar


Nota: Antonio Skármeta acaba de ser galardonado con el Premio Novela Planeta - Casa de América. En el 2004 tuve la oportunidad de cruzar palabras con este escritor chileno y de allí surgió este artículo. Alejandro Luy


¡La poesía no es de quien la escribe
sino de quien la necesita!
El cartero de Neruda, Antonio Skármeta


Estoy seguro de que a una situación como esa, mis amigas Adriana y Eddy no hubieran llegado de manera fortuita. Todo habría respondido a una determinada e imperiosa necesidad de apreciar a los libros y a sus autores.

Pero no es mi caso. A diferencia de mis amigas mentiría si me vendiera como un ávido lector y furibundo visitante de librerías, consumidor de escritos y perseguidor de las ferias de los textos. No busco ni votos ni halagos, de allí mi franqueza.

Aun así, el destino me llevó a Madrid en la primera semana de junio, fecha donde se celebraba la Feria del Libro, instalada en el Parque El Retiro pero expandida por toda la ciudad y sus librerías.

Una noche, de esas propias del verano de los países templados que extienden sus luces hasta pocas horas antes de que el día finalice, veo en la televisión al escritor chileno Antonio Skármeta quien habla de su libro "Neruda por Skármeta". Allí estaba ese hombre sencillo y simpático hablando sobre aquel que fuera referencia y amigo. Era el mismo hombre que nos llevó por diferentes ciudades y sus escritores en el programa "Mundo de papel" transmitido por People & Arts.

Supe que durante algunos días estaría firmando sus libros en los puestos de la Feria a quienes tuvieran a bien adquirirlos. Y así lo estarían haciendo otros tantos incluyendo a Fernando Savater. Pero como mi tiempo no me pertenecía, difícil era pensar que en un momento libre podría coincidir con la cara de Skármeta en la Feria del Libro.

Llegó el sábado y la fortuna "y Vallito" me llevó primero al Museo de El Prado, donde es casi una obligación disfrutar a Goya, y luego, bajo el sol y el calor, al verde de El Retiro y a los casi trescientos puestos de las editoriales.

Y fue allí, en el azar de un sábado en la tarde, que me encuentro a Skármeta encerrado en el lado izquierdo de un pequeño módulo, lleno de libros, que limitaba con otro módulo lleno de libros pero con Savater a la derecha.

Y fue así, fotos de por medio, como pude acercarme al escritor chileno y estrechar su mano, y escuchar su respuesta a un "¿cómo está?" - "pues con bronquitis", antes de tomarse otro vaso de agua, que llenaba desde una gran botella de plástico.

- ¿Para quién es el libro?, preguntaba refiriéndose al "Neruda por Skármeta" que recién había dejado sobre sus manos luego de pagar 13 euros y cuya portada es una fotografía de Pablo Neruda, Juan Rulfo y Antonio Skármeta en Isla Negra en 1969.

En una breve conversación confesó que disfrutó mucho el programa de televisión, aquel que lo llevó tras las ciudades y sus escritores, y lamentó su única temporada.

Al saberme venezolano, una pregunta surgió: "¿tienen un plebiscito ahora?".

- Un referéndum, el 15 de agosto - aclaré.

Entonces llegó la dedicatoria que cierra con un "con cariño a Venezuela".

Alejandro Luy


Imagen compuesta por Rogelio Chovet

lunes, 21 de febrero de 2011

El próximo titular


Yo de verdad me siento agradecido del momento que estoy viviendo, particularmente cuando me percato como ciertos medios de comunicación social y sus periodistas nos están introduciendo a lo que seguramente será el lenguaje llano y comprensible del Siglo XXI.
Mi posición se contrapone a la interpuesta en Querre querre por mi amiga Ana Black (Pues, http://querrequerre.com/black.html) quien se queja de palabras tan maravillosas como “aperturan, fuertísimo o accesibilizar” que suenan tan bien cuando son expresadas por nuestros periodistas.
Decido manifestar mi opinión luego del maravilloso verbo que nos regaló el diario Últimas Noticias en primera página el jueves pasado. Hablando sobre la detención de Miguel Cabrera, el diario no dijo que el pelotero fue capturado en estado de ebriedad, bajo los efectos del alcohol o simplemente ebrio. Usaron un verbo directo: lo arrestaron “curdo”.
Estoy convencido de que este es sólo el inicio de una etapa a un nuevo maravilloso idioma en los medios de comunicación. Es justo reconocer la vanguardia de Últimas Noticias en esta área, periódico que seguramente profundizará en la acción.
Desde ya estoy esperando los próximos titulares. Cuando alguien se declare homosexual seguramente leeremos “A fulanito se le moja la canoa”, “Sutanita es parcha”, “X es cachapera” o un simple “Z es maricón”.
Si se trata de un tema de farándula, seguramente leeremos “Robert T. andada con una nueva pechuga” o “La Chiqui estaba podría de buena en la alfombra roja”
En un asunto de drogas, suficiente con señalar que Luis es un “dañao”.
¿Para qué andar con rodeos y falsos moralismos? Bienvenidos los verbos diáfanos y directos, comprensibles por todos.
Dado que ya han reaparecido los pañales desechables, sería un honor para mí leer el próximo titular: “Los carajitos ya tienen donde cagar”.


Alejandro Luy
20 de febrero de 2011

Ilustración: Rogelio Chovet

sábado, 29 de enero de 2011

¡Que pena!


Los colombianos tienen una frase muy diplomática para excusarse de una mala atención, un olvido o la incapacidad de atender una necesidad: ¡que pena!.
La frase me impresionó desde que comencé a ir regularmente a tierra bogotanas. "¡Que pena!" antecedía a la inexistencia de un producto, al retraso del tinto o la ausencia de internet en la habitación.
Lejos de considerar negativamente a la expresión, yo la destaco frente al comportamiento de los servidores públicos o privados venezolanos, los cuales tienen por norma no disculparse. Porque "¡que pena!" encierra el reconocimiento de la falta, situación absolutamente inexistente en nuestro país. Aquí nadie se hace responsable por nada, mucho menos se disculpa.
Puede interactuar con el empleado de un banco, una heladería, un ministerio, una tintorería, una cafetería, un restaurant o un hotel 5 estrellas, y en cualquier caso usted nunca recibirá una disculpa aunque la merezca en plenitud.
Conozco varios casos de amigos que han sido víctimas del hampa, y al momento de enfrentarse a poner la denuncia, han sido tratados como víctimarios. Así, ni en el peor de los casos, en Venezuela usted tiene la razón ni puede esperar atención de parte del "servidor" público o privado.
Un caso notable son los "call center" a los cuales - la mayoría de las veces - uno acude con la intención de solventar un problema originado por el prestador de servicio como la empresa de cable, telefonía celular o el banco.
Haga una estadística sobre cuantas veces tuvo que llamar y cuantas veces quedó satisfecho por la respuesta. Apuesto que no pasa del 20%.
Es que yo creo que, en esencia, la existencia de una oficina de reclamos física o telefónica, es de entrada una falla del sistema y por tanto hacer uso de ellas ya debería implicar una disculpa abierta o sutíl de parte del servidor.
Por todo ello, y para empezar a corregir la falta de cortesía con sus usuarios, las empresas que en Venezuela poseen call center u oficinas de reclamos debería recibir a nosotros, los usuarios, con un colombiano: "¡que pena!".
A lo mejor y hasta nos acostumbramos.

sábado, 15 de enero de 2011

El Reto


Hoy sábado 15 de enero de 2011, el presidente llegará a la Asamblea Nacional a rendir su Memoria y Cuenta. Además de las representantes de los poderes del Estado(que bien podrían ser llamadas las chicas superpoderosas + una), los diputados y diputadas, del gobierno y de la oposición, embajadores, señoras y señores, amigos todos, estarán los Ministros y Ministras del gobierno.
En la historia del país, la variación del número de ministerios puede ser calificada como "el acordeón": se extiende y se comprime rítmicamente. Uno pensaría que dicha variación responde a una lógica de organización del gobierno, pero honestamente en los últimos años a mi me parece que los cambios han surgido en momentos de discusión donde alguien dijo "chico, que te parece crear el ministerio tal, .... fusionar los ministerios A y H para crear el ministerio AH, o mejor dicho el MPPAH". Es decir, han nacido de la improvisación.
Por eso yo estoy convencido de que la mayoría de los venezolanos somos incapaces de listar los ministerios presentes en el día de hoy, y mucho menos identificar el jefe a cargo.
De alli que lanzo este reto: sin consultar internet y si quiere apoyado por las imágenes de la Memoria y Cuenta, haga su lista desde ahora hasta que finalice la alocución presidencial (que pueden ser unas buenas 7 horas, como ya ustedes saben)y confrontela con la de sus amigos y posteriormente chequee con la información oficial y pongale nota como si estuviera en la escuela.
Yo pienso hacerlo, y desde ya anuncio que con relación a conocer todos los ministerios y sus ministros 10 es nota lo demás es milagro.