sábado, 3 de marzo de 2012

La era de oro.


Debido a los innumerables elogios recibidos luego de la publicación en El Mundo (20 de mayo de 2004) de los resultados sobre el estudio de la segunda adolescencia, hemos decidido ofrecer una segunda entrega del estudio auspiciado por el Centre for Behavioral Studies and Gender issues. En esta oportunidad y obedeciendo los criterios de cuasi-segmentación (también llamada segmentación mas ó menos) y género, los investigadores senior han decidido concentrar su análisis en el grupo de féminas entre los tardíos 20s y 30s en el estudio titulado The gold era viewed in depth - Una mirada a la era de oro.
Los investigadores han aplicado la técnica de “análisis de contenido” aprovechando la riqueza del material aportado por las entrevistas a profundidad hechas al grupo target. Las frases más reveladoras y las interpretaciones asociadas a ellas son:

•“Esta vez, sí va”. Los patrones degenerativos empiezan a hacer su aparición y en consecuencia los regímenes dietéticos y de ejercicios se intensifican. Juramento tras juramento, el gimnasio con el entrenador personal y las dietas dibujan un mar de felicidad no alcanzado en las décadas anteriores, básicamente por un asunto de indisciplina. Pero no importa, esta vez será distinto. Muy posiblemente así sea.
•“As seen on TV”. Buena profesional, buena en la cocina, buena en la cama (al menos eso afirman las encuestadas), y en todo lo que se tenga a bien ordenar. Multifacética, con juego de Victorinox bajo el brazo, deportivos de escalada, y caja de herramientas en el carro, la fémina se precia de autosuficiencia descarnada. Confiesa no saber cuánto le dure.
•“Pirelli nunca me abandona”. No se refiere al guapo cura del famoso comercial de televisión que en paisaje desértico sudaba tentado por la escultural rubia. No. Se refiere a la acumulación adiposa – a la altura de lo que en algún momento se llamó “cintura” – que se apertrecha cómodamente en la parte baja de la espalda dibujando un perfecto everything-proof aro abultado que amenaza con más nunca desaparecer.
•“Mira mi piercing”. A pesar del punto anterior, de manera orgullosa y sin importar la “caída”, forma y estrías de la barriga, se colocan un piercing umbilical cuyo desencadenamiento cerebral se interpreta como “me siento diez años más jóven”, aunque puede que así no se vea.
•“X-tremos”. La contraparte masculina oscila peligrosamente entre los “hiper-resueltos” y los “hipo-resueltos”, los primeros resultan aburridos, los segundos una jaqueca. Estudios multivariables se revelan necesarios para ofrecer resultados más confiables.
• “Cooking like a chef”. Asumen su barranco, es decir, su figura y sus relaciones de pareja sin complejos. Aman a los cocineros porque tienen charm y con ellos comparten una especie de complicidad. Disfrutan los deportes en TV y si son tentadas -para lo cual se requiere fino arte- pueden acceder a entablar una intensa y acalorada discusión sobre el particular.
Finalmente, hay que destacar que un elemento común en este segmento femenino que atraviesa la “Era de Oro” es el uso extendido del hilo dental. Esa prenda íntima que se caracteriza por tener más tela en la porción anterior que en la posterior, y que a pesar de la incredulidad de algunos espectadores resulta bastante cómoda. Por ello, si usted quiere homenajear además de halagar a alguna amiga que esté en su edad de oro, regálele un hilo dental, ella se lo agradecerá.

Guayana Páez Acosta

Alejandro Luy

Publicado en El Mundo. 2004

Ilustración: Rogelio Chover

No hay comentarios: