martes, 7 de mayo de 2013

Modus operandi



Mientras ruedas por una vía lenta, desde el lado derecho un desconocido te hace un gesto que indica que algo sucede al caucho delantero derecho del carro.  Sigues rodando y en menos de una cuadra un segundo sujeto, aparentemente independiente del primero, repite la señal:  algo funciona mal en el caucho delantero derecho.
Tú llegas a pararte y no ves nada.  Y de pronto llega un mecánico.  Que se ofrece a solventar el problema.  Te lleva más adelante, cerca de su “taller” pero te hace parar en la calle. Mientras revisa el caucho te pide que te subas al carro que pises el freno, y así consigue que una pieza está dañada. 
Con una velocidad sorprendente el va a buscar la pieza, te pide dinero para comprar grasa, llegan un par de socios, uno de ellos con la pieza que se dañó de tu carro, te ponen el precio, y tu resuelves, y te “cambian la pieza”.  Ruedas y te vas.  Con una sensación rara, pero te vas.
Claro, imagina que tu carro no es tuyo, ni el dinero que pagaste y necesitas la factura legal para dárselo a la empresa donde trabajas.  Y se te ocurre pedir una factura legal. Y los tipos te la ofrecen.  Ven mañana a ese garaje, y te la damos.  No hemos pisado el Garaje, ni vimos al dueño, pero creímos que ese era el sitio para buscar la factura.
Sucedió el viernes, y el sábado el garaje no estaba abierto.  Y no pudiste el lunes y vas el martes a pedir la factura en el Garaje Bolívar.  Y allí no están los tipos que te solucionaron el problema; y el hombre que encuentras gentilmente te hace ver la verdad.  El es quien te cuenta, sin que tú digas una palabra, lo que sucedió. Tres tipos, aparentemente sin conexión, te señalaron que el caucho delantero derecho estaba fallando, y le cobraron cerca de 3000.
A mí me toco la experiencia cerca del la Clínica Razetti y los autores (actores) eran 4 peruanos.  Ponte pilas.  Al menos si te pasa no digas que nadie te lo digo.

Alejandro Luy
Mayo 2013

1 comentario:

Alejandro Álvarez Iragorry dijo...

Si este hecho efectivamente te pasó, en el país del "gracias a Dios" te fue del carajo: aún tienes la vida, la tranquilidad y el carro, guarda la rabia para convertirla en acción de cambio