viernes, 6 de enero de 2012

Historia incompleta de una pelota de béisbol (II)


Al menos puedo mencionar a tres hombres venezolanos que no le gusta el béisbol; que no tienen ni siquiera un equipo que los emocione lo mínimo necesario 8sea los que sea "lo mínimo necesario").
Esos son mis amigos Carlos Queremel, Moisés Mérida y mi hermano Jorge González.
El preámbulo es para informar que parte del dilema de la Historia incompleta de una pelota de béisbol ha sido resuelta justamente por uno de ellos, mi hermano.
Jorge recordó que fue él quien llevó la pelota a la casa, pero no porque la hubiese comprado, o hubiera ido a un juego de béisbol y solicitado el autógrafo a los peloteros dominicanos. Nada de eso. Resulta que en una apuesta con un amigo, este último perdió y con lo único que podía pagar era con esta pelota, a la cual mi hermano - en esencia - no le paró pelota.
Así este pequeño tesoro se quedó en nuestro cuarto y de allí a mi gaveta, hasta llegar a este blog, de manera virtual.
Resuelta una parte de los dilemas seguimos buscando datos más precisos sobre los jugadores.

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