domingo, 8 de febrero de 2009

Lusinchi, Sí

I

El gobierno de Jaime Lusínchi llegaba a su fin en diciembre de 1988 con la más alta popularidad de la etapa democrática hasta ese momento.

Por alguna "extraña" razón, la gente manifestaba su afecto al presidente que estaba por dejar el cargo. No importaba lo sucedido con su secretaría privada, condecorada en Miraflores, convertida de hecho en primera dama, ni las denuncias de corrupción principalmente por aquella oficina de control de cambio llamada RECADI, o las censuras directas o indirectas a los medios de comunicación (¿recuerda que Primer Plano de Marcel Gracier dejó de transmitirse?), ni siquiera la compra de los "jeeps de Ciliberto" y su uso para la campaña de Carlos Andrés Pérez, Lusinchi era muy popular.

Yo me atrevo a pensar que, de haber habido reelección inmediata e indefinida, Lusinchi se hubiera lanzado al ruedo, con el mismo eslogan que lo había hecho triunfador 5 años antes: "Dile a tu país". Seguramente habría ganado, y varias veces.

Pocos días después de su salida, y Caracazo de por medio, la gente se empezó a enterar de que el país casi no tenía reservas internacionales. El presidente bonachón las había utilizado para mantener "saludable" al país y a su reputación.


II


Allí yo veo el peligro de la reelección indefinida para cualquier cargo, en un país carente prácticamente de controles. El dinero y el poder de una Alcaldía, una Gobernación y más aun de una Presidencia de la República será la herramienta más segura para atornillar de por vida a quienes se hagan expertos en jugar esa carta.

Si se hace todo lo que se están haciendo hoy para usar los recursos del gobierno para beneficiar el Si a la enmienda, imaginese lo que sucederá al momento de que el presidente plantee su reelección.

Claro eso es lo que veo yo. Pero, seguramente habrá quien piense que Lusinchi fue un gran presidente y ojalá siguiera gobernando. Total, en la campaña de 1983 te enteraste de que Lusinchi es como tu, un tipo de pinga, chévere y preocupado por la gente. Igual que todos. Como para darle el Sí.


Alejandro Luy

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