lunes, 22 de septiembre de 2008

Será Mohammed un tipo afortunado


Vamos a estar claros: si hay algo que alimenta el ego, masculino o femenino, es saberse pretendido por varias personas a la vez, ya sea por motivos de trabajo, de placer o para iniciar en una relación formal de pareja.
Además, el instinto básico de primate hace que los hombres, que somos seres básicos como un gorila o un chimpancé, nos regodeemos en la fantasía de ser “dueños” de varias hembras.
Por tanto debe ser una situación casi sublime la vida de Mohammed Bello Abubakar, a no ser por un pequeño detalle que podría causarle la muerte.
Resulta que Mohammed, nigeriano de 84 años, fue puesto preso por violar las leyes de su religión: tenía 86 esposas, 82 más de lo permitido por el Islam.
Lejos de lo que ustedes suponen, sus esposas no se volvieron cuaimas y empezaron a agredirlo y matarse entre ellas sino que, junto a 20 de sus 170 hijos, protestaron para exigir la liberación de su marido. ¿Te imaginas lo que sentiría este señor sabiendo que 86 mujeres lo querían aun a su lado, a pesar de su edad?
Claro, yo supongo que la alegría fue mayor cuando el Jamatu Nasril Islam uno de los principales tribunales de la religión en Nigeria, cambió la pena de muerte, decidida el 21 de agosto, a un divorcio múltiple. Mohammed deberá escoger solo las cuatro mujeres autorizadas en las leyes de su religión, el resto deberá ser una separación acordada.
Hasta ahora el protagonista de esta historia ha salido muy bien: se escapó de la muerte y sus 86 mujeres le demostraron su amor. Yo espero que siga siendo tan afortunado, pero no dejo de preocuparme porque si un divorcio siempre deja el hombre en la calle, da grima pensar cuál puede ser resultado de 82.
Ojala que Mohammed logre separaciones amistosas y no tenga que volver a tribunal para suplicar que le devuelvan su pena de muerte.

22 de septiembre de 2008

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