martes, 22 de noviembre de 2011

Imprinting político


I

El término no tiene traducción precisa al español y fue acuñado en 1937 por el etólogo Konrad Lorenz en su artículo "The companion in the bird´s world" publicado en la revista Auk. Este investigador se encargó de incubar huevos de gansos, asegurándose de que la figura que vieran los polluelos en sus primeros momentos de vida fuera su humanidad. Inmediatamente los gansitos le seguían y asumían a Lorenz como su madre. A esta forma de aprendizaje que sólo puede ocurrir en un breve "período sensible" posterior al nacimiento y que además tiene un carácter irreversible se le llamó imprinting.

Sucesivas investigaciones demostraron que el imprinting está presente es otras especies de aves como patos, faisanes y pollos, pero también en insectos y mamíferos. Posteriormente, este comportamiento descubierto por Lorenz fue denominado imprinting "filial", en contraste con el imprinting sexual descrito en años posteriores y el imprinting político que hoy yo, biólogo de profesión, me dispongo a acuñar.

II

La mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional son -política y etariamente hablando- señoras y señores jóvenes. Cuando salieron de su cascarón y levantaron sus cabezas consiguieron ante ellos a quienes se convertirían sus referencias, guías de pensamientos y desempeño. Modelos a seguir. Padres políticos, y no precisamente porque fueran el progenitor del cónyuge.

Encontraron a un partido Acción Democrática que fue mayoría aplastante durante los últimos 40 años de la IV República, y a un Copei que les acompañó en el levantamiento de manos cuando era conveniente (para ellos, se entiende). Poco le importaban las opiniones y quejas de los partidos minoritarios que se sucedieron en el Congreso desde 1959 hasta 1993: Partido Comunista, URD, MAS, MEP, MIR, Causa R y Patria Para Todos, entre otros.

Por eso, así como los gansos seguían a Lorenz, los asambleístas del bloque oficialista caminan tras las bases y actitudes que una vez enarbolaron los llamados partidos tradicionales.

Mis estudios de etología política me han llevado a la firme convicción de que no es "mala gana" la burla de estos diputados ante el disenso de algunos grupos de la sociedad civil o el menosprecio hacia los comentarios de la gente del Movimiento Primero Justicia. Sólo se trata de instinto básico. Imprinting político. Aprendizaje que no se puede revertir.

Lo anterior aclara la utilización del método de la aplanadora para imponer sus criterios y abortar cualquier amago de discusión. De allí que entiendan la Constitución de la manera que les resulta más útil. ¿Cuál otro motivo podría tener la bancada oficial con mayoría en el parlamento para hablar de democracia participativa y al mismo tiempo conformar una comisión de 15 diputados (más seis no diputados) para postular -imponer puede ser sinónimo en estos tiempos- al fiscal, contralor, defensor del pueblo y los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia? Sólo el imprinting lo puede explicar.

Gracias a este comportamiento natural, sería comprensible que uno de estos días, ante un hecho significativo que amenace con cambiar la vida del país, algún asambleísta de la mayoría oficialista pida la palabra y clame en el hemiciclo: "muerte a los... enemigos de la revolución".

Alejandro Luy

Publicado en el diario El Nacional, Noviembre 2000
Ilustración: Rogelio Chovet

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