sábado, 25 de enero de 2014

Ay, la paz

26 de enero de 2014.  20 días después de un asesinato que podríamos calificar de emblemático; el de Mónica Spear.  26 días de empezar un 2014 precedido por 23.700 muertes violentas en el 2013.
Es el 26 de enero y se anuncian actividades en favor de la paz en Venezuela.
Una convocatoria la hace el Gobierno nacional, la otra la hace Alejandro Pérez, un extraordinario lider social fundador de Una Mano Amiga (UMA).
Juro que me sentiría un desalmado si no deseara éxito en esas acciones por su fin último como es la PAZ, así como en otras jornadas, especialmente aquellas orientadas a educar de manera sostenida a nuestros niños como las que lleva adelante desde hace tiempo mi amiga Linsabel Noguera, la Rana Encantada, o la que coordina Chuo Torealba denominada "Barrios por la Paz".
Pero desearles éxito, por su legítima y positiva intención, no significa que las suscriba y que por tanto yo vaya a participar.  Me gustaría tener otro motivo mas futil para estar ausente, pero la razón de mi decisión es que ambas son inútiles y vacias.  Repito, asumiendo cada letra, a mi criterio son inútiles y vacias.
La convocada del Gobierno seguramente estará centrada en actividades deportivas, musicales, recreativas, y pinta caritas para los niños, y bicicletas, que serán bañadas con discursos que no hablarán del problema sino de lo que el gobierno está haciendo (o va a hacer) para buscar la paz, incluyendo la revisión de la parrilla de televisión.  A lo mejor hasta hay una tercera caimanera con deportistas famosos.  Seguro que sueltan globos.
Nada de eso es lo que al menos yo creo que se necesita para que se de la paz en el país.  Sería larga la lista de cosas que debe hacer, y no ha hecho, el gobierno que se podría sintetizar en:  modelar con el discurso (particular tarea de los miembros del PSUV, de los conductores de los programas de las televisoras y radios del estado), hacer cumplir las leyes y evitar la impunidad, iluminar las calles, coordinar con toda la sociedad y dialogar, especialmente con los que no piensan como ellos.
La convocada por la sociedad civil, con camisas blancas con la palabra PAZ, supongo que tendrá como fin primordial recordarle al Gobierno sus responsabilidades y mostrar la preocupación de los ciudadanos.  Si ese es el motivo, me pregunto si acaso alguien cree que el gobierno no sabe perfectamente ambas cosas.  Se lo han dicho especialistas, se lo ha dicho la gente en la morgue, se lo dicen los líderes de partidos de la oposición y también los líderes en sus comunidades de sectores populares que aun vinculados con el chavismo, tienen claro la ausencia por mucho tiempo del gobierno en materia de seguridad.
A las 6 de la tarde del 26 de enero de 2014, todo el mundo estará en sus casas y el lunes las jornadas aparecerán en los titulares de primera página.  En algunos periódicos junto a los muertos ingresados a la morgue y en otros sazonados con una noticia sosa a favor del gobierno.
Inútil y vacía será la jornada en su conjunto, si el discurso en la Asamblea es de agresión, si el motorizado - armado o no - es quien manda en la calle, si en las calles por donde transitamos siguen los postes sin luz, si los pranes ejercen su violencia dentro y fuera de la cárceles a través de las bandas que controlan, si en el metro o en la camioneta o en tu carro sientes la amenaza de ser atracado, si a los médicos de hospitales públicos los amenazan, asaltan y hasta apuñalan.
Ay, la paz, las cosas que se hacen en tu nombre.

lunes, 6 de enero de 2014

Sabrosones

Si me preguntan hoy cuál es la palabra con la cual definiría a los venezolanos, es "sabrosón", y por supuesto el himno sería una canción de los hermanos Servando y Florentino Primera.
Quienes ejemplifican mejor esta condición son los motorizados y ciertos deportistas profesionales.  De los primeros ya usted sabe suficiente como para entender el porqué del calificativo (que para ellos no es una descalificación sino una honra).  Pero, por qué también los deportistas.   Ya te lo explico.
El sábado 4 de enero hacia zaping y me detuve en el juego Zulia vs Magallanes pa´ve como andaba la vaina.  El juego estaba en pleno apogeo y de pronto enfocan al grande liga, es decir al que ha jugado en equipos de la Major League Baseball de los Estados Unidos de América, Carlos "El Toro" Zambrano en la cueva en franelilla alentando a los bateadores de su equipo.  Me pregunté:  ¿y qué hace ese allí sin uniforme?, y luego me hice una segunda pregunta: ¿y porqué "El Almirante" Carlos García, manager de Magallanes, no lo manda a usar el uniforme?.  
Lo que se me ocurrió como respuesta fue que  "El Toro" y "El Almirante" están tan sobrados, son tan sabrosones, que poco les importa las leyes que rigen dentro del campo de béisbol en Venezuela.  Eso es allá en Miami, en Chicago, en Pittsburg, donde se ponen con esas pendejadas de reglas, jugadores y uniformes.  
Al día siguiente, en el juego Caracas-La Guaira se formó una tángana cuando Armando Galarraga le pegó un bolazo a Alex Cabrera ("El Samurai"), y me entero por la crónica de Ignacio Serrano (http://www.elemergente.com/2014/01/galarraga-y-aguilar-enfrentan-riesgo-de.html#more) que Galarraga y Jesús Aguilar "enfrentan el riesgo de ser sancionados" ya que "algunos testigos presentes en el Universitario aseguran que Aguilar le lanzó al Samurái un golpe al cuello, que impactó, a pesar de que ni siquiera es parte del equipo en esta postemporada, por decisión propia".
Como ven Aguilar y el manager  Dave Hudgens, vinculados con Índios de Cleveland y los Mets de Nueva York respectivamente, son, en nuestra pelota profesional, sabrosones, sino como explica que quién no está jugando está uniformado dentro del campo con la anuencia del manager del equipo.
Cuántas otras sorpresas de estos motorizados del parque de béisbol nos dará este round robin y esta final, con la ayuda de los árbitros que, como nuestros policías, parecen que no ven a los jugadores andando en contra vía.

Alejandro Luy
6 de enero de 2014

viernes, 3 de enero de 2014

Chinos y motos, aciertos y desaciertos

Este dos de enero de 2014 me propongo a escribir sobre un par de asuntos que me han dado vuelta en estos días de vacaciones.
El primero: Saludos chinos
En las fechas navideñas la "Comunidad China" presentó una propaganda para desear feliz navidad y año nuevo a todos los venezolanos.  El cuadro lo componían señores en traje, muchas chicas lindas vestidas en rojo y posando como misses, hablando en perfecto español y algún cuadro final con bailarines vestidos en traje típico amarillo.
Muchas sonrisas y simpatía, para transmitir cercanía con el pueblo de Venezuela.
Aunque se puede agradecer el gesto, tenemos que reconocer que es raro, extraordinario, muy poco común, y la pregunta es ¿por qué el mensaje?
Es posible que usted lo sepa, o al menos tenga su tesis, y como yo tengo la mía y este espacio, me da por mencionarla.
Intuyo que la "comunidad China" pagó un estudio para medir la apreciación de los venezolanos sobre los chinos, y que el descubrimiento fundamental es que estos no se integran a los venezolanos, y por tanto sea natural que lo no nos gusten y menospreciemos su presencia. 
En el estudio, que estimo hicieron, encontraron un porcentaje de rechazo a los chinos como inversores en el país, sustentados en una estrecha relación con el gobierno nacional.
Por tanto, y si mi tesis es correcta, la propaganda navideña es una acción correcta para acercar a los chinos a los venezolanos, que requerirá de muchos otros mensajes (que no mencionaré) para mejorar la percepción hacia sus coterráneos dentro de uno de los países donde sus empresas parece que estarán presentes por muchos años.
El segundo: Motos sin control
Salgamos de esto de una vez:  los venezolanos odiamos a los motorizados; por su constante violación a las normas, su propensión a la anarquía, porque se creen dueños de las vías.  
Por otra parte las estadísticas en el país indican que ya se está convirtiendo en un problema de salud pública la cantidad de motorizados que mueren o sufren graves fracturas, muchas veces (aunque no lo reconozcan) por su manera de conducir.
Esos problemas, notablemente reconocidos, parecen ser ignorados por las empresas fabricantes de motos.  Las propagandas sobre motos que he visto hasta ahora se dedican a promocionar las máquinas con las curvas de Diosa Canales y a exaltar al motorizado trabajador, padre de familia, que usa casco, que respeta las leyes.
Puede que Diosa ayude a vender más motos, pero ignoro cual es la consecuencia de ensalzar la idea poco aceptada del motorizado ejemplar para los fines e la empresa o su responsabilidad social.
Creo que es desacertada la estrategia.  Para vincularse mejor con sus clientes (compran motos primero y luego los repuestos) la empresas deberían mostrarse más interesadas en promover aptitudes que terminen disminuyendo las muertes y los huesos rotos, a la par de mejorar el comportamiento de los que actúan diariamente al margen de la ley.