sábado, 30 de agosto de 2008

Sean vino (en agosto del 2007)


I
Así es Fernando, Sean Penn, tú sabes el actor de Hollywood, que trabajó en películas como "Carlito´s Way", "Mystic River" y la extraordinaria "21 gramos" del mexicano Alejandro González Iñárritu, vino a Venezuela. Según dicen las notas de prensa, Sean vino a "ver lo que estaba pasando". No se calaba más la realidad mediática, pues.
II
Sean vino invitado por Telesur, tu sabes Fernando el canal de noticias cuyo mayor accionista es el gobierno Venezolano, y que tiene como socios a Cuba, Argentina y Brasil. Lo buscaron en el aeropuerto, lo llevaron al hotel, lo pasearon por Barlovento, por barrios de Caracas, fue a la Villa del Cine, y estuvo con el Presidente en Miraflores, en el Teatro Teresa Carreño y en el Táchira inaugurando un laboratorio de bioinsumos. Fernando, estoy seguro de que Sean es lo suficientemente inteligente para saber que, para una lectura certera de Venezuela, sus fuentes de análisis son incompletas y notablemente sesgadas. Es como si yo, para conocer la verdad de Irak, me entrevistara sólo con George Walter Bush.
III
Sean vino, y apenas aterrizando muchos se empezaron a preguntar para qué vino, y a suponer que venía a buscar reales para una película, tal como exitosamente hizo Danny Glover. Decían que era otro vendido a chupar los dólares del petróleo. Vainas de furibundos, igualitos a los que acusan a todos los que discrepan del gobierno de lacayos del imperialismo, y agentes de la CIA. Tú sabes Fernando, los extremos se tocan.
IV
Sean vino también "como periodista" y dejó claro que "estoy todavía digiriendo todas las cosas que he visto y aprendido en este viaje", según lo que declaró al finalizar su visita. Te digo Fernando, por esta afirmación yo tengo fe en Sean. Quiero decir, tengo fe en las conclusiones que en la soledad de su cuarto pueda sacar. Porque Sean estuvo en un acto en el Teatro Teresa Carreño donde todos los asistentes, de un lado y otro del escenario lucían camisas rojas. El presidente, los ministros, los invitados, lo beneficiarios de los créditos que allí se estaban otorgando. Y esa escena, absolutamente común para nosotros, me hace preguntar cómo digerirá un tipo como Sean tanto igualdad, tanta uniformidad. Sean que es un tipo de cine debe estar muy claro de lo que significan cierto códigos. Mientras mostraba su cara adusta – Fernando al tipo no lo vimos reírse nunca – seguramente alguna neurona le habrá preguntado, "hey man, hay necesidad de que todos los beneficiarios deban usar, por sobre sus vestimentas una franela roja. Será una orden del presidente que todos sus ministros se vistan de rojo. Acaso esto es un cuartel. Es esto necesario".
V
Me parece natural que Sean haya dicho "agradezco a todo el pueblo venezolano y en especial al presidente Chávez la hospitalidad que me han brindado". Es lo menos que puede hacer, porque muy bien fue tratado. Queda de parte de él sabrá que hacer con lo que "aprendió" y del método utilizado para ello.
VI
Y si no la has visto, Fernando búscate ahora mismo "21 grams" y disfrútala una y otra vez.

domingo, 3 de agosto de 2008

Dos ideas para Luis


Nuevamente ha sido seleccionado Luis Sojo como el manager de la selección venezolana de béisbol para el Mundial de la especialidad que se celebrará, por segunda edición, el próximo año.
La designación ha suscitado polémica porque estamos hablando de nuestro deporte nacional y por la penosa actuación en la edición del 2006 en la cual el nativo de Petare se inauguró como estratega a nivel internacional.
Errores en la selección de los jugadores, indisciplina durante la concentración, bates fríos y errores estratégicos del manager, son algunas de las causas a las que se les atribuyó el fracaso de Venezuela en el primer mundial de béisbol.
Ya varios jugadores destacados han empezado a hablar sobre la designación de Sojo y sobre su eventual participación. Maglio Ordoñez dijo, de manera tajante, “si es Sojo, no voy” cuestionando que el Comité no consultó a los jugadores. Miguel Cabrera no ha dicho aun que no va, pero no está contento con el escogido. Pero, Abreu y Vizquel, entre otros, han dicho que si van y apoyan a Sojo.
Yo creo que la escogencia de Sojo, frente a un candidato como Alfredo Pedrique (el otro evaluado por la comisión), no es la más acertada. ¡Y eso que no soy magallanero! Pero tampoco es que voy a pedir la realización de unas primarias con el apoyo del CNE o Súmate o de ambas, para consultar a peloteros y aficionados sobre el manager ideal.
Ya que el tipo ahora es el manager, yo quisiera darle un par de recomendaciones de fanático para que las considere al momento del mundial. Los tres primeros días de la concentración dedíquesela a hacerle igual número de fiestas a todos los peloteros, para que coman, beban, se trasnochen y mujereen todo lo que puedan. Esto evitará que en medio de la refriega a los jugadores les de por fiestear y comer, beber, trasnocharse y mujerear cuando deben estar descansado y saludables para que puedan batear. Al menos por innovador debería ensayarlo.
Lo otro es más sencillo: cuando hayan dos out, hombre en segunda y la primera esté libre, y a menos que estemos ganando por muchas carreras, a un bateador como David Ortiz, Albert Pujols o Alex Rodríguez, déle las cuatro malas. Eso duele menos que un home run.

3 de agosto de 2008

¡Nacionalicemos todo!


Uno llega a la casa después de 12 horas de viaje, luego de cubrir el trayecto dentro del territorio nacional en su mayor trecho en avión, y se pregunta quién es el responsable de que uno arribe cansado, hambriento, limpio y sin una tijera de punta roma que servía para cortar los pelos de la nariz.
Y uno se pone a pensar y se da cuenta de que el motivo de la rabia está tan repartido que uno no termina de focalizar la molestia y cuesta más deshacerse de ella. Por eso, 24 horas más tarde del fin de la jornada, aun ando arrecho.
Uno sale de la población X a las 5 de la mañana para llegar con suficiente anticipación al aeropuerto, y se lleva la primera sorpresa. De entrada la aerolínea privada (el nombre es absolutamente secundario) dice que el vuelo de las 9:30 está retrasado hasta las 11; que el avión no ha llegado de Caracas. Qué se le va a hacer.
Te vas para un sitio de comida dentro del aeropuerto y ordenas un cachito de jamón y queso, un jugo de piña y un café junto a la cuenta, y recibes la sorpresa de 20 mil bolívares.
A las 9:30, la voz del aeropuerto – sorpresivamente – nos anuncia que los pasajeros del vuelo 345 debemos pasar a la sala de espera B (sólo hay dos salas de espera, la A y la B, ambas pequeñas y sobre todo aburridas). Entonces nos toca pasar por el puesto de control de este micro aeropuerto que detenta la categoría de internacional. Y entonces detectan en el morral una pequeña tijera punta roma que tiene que quedarse en el punto de control. A la chica que me antecedía le quitaron el champú. Heathrow en el estado Bolívar.
Luego resultó que el llamado fue inútil. Nos quedamos encerrados; secuestrados. Las horas pasaron hasta que a las 12 del mediodía la voz del aeropuerto anuncia que a la 1:05 llegará el avión. Entonces es mejor almorzar en el único restaurante de las salas de espera del aeropuerto internacional. Un pedacito de pollo, lechuguita, pepino y tomate como ensalada y abundante arroz.
Finalmente a la 1:30, 4 horas mas tarde de lo esperado, el avión levantó vuelo, sólo para llegar – otros sesenta minutos a la cuenta – a embarcarse en un autobús (no hay real para pagar un taxi) que nos llevará a Caracas. Claro sabe usted que la vía de contingencia está destinada a hacernos pasar maldiciendo hora y media cada vez que llegamos al principal aeropuerto de Venezuela.
Como notará los motivos de mi estado de ira son múltiples, con una parte asociada a un ente particular: la aerolínea privada, la cafetería, la administración del aeropuerto, el restaurante y finalmente al gobierno por la famosa trocha.
Uno tiene una sola bilis, y por eso es difícil seccionar tanta cólera. Así que, como ahora la estrategia nacional es nacionalizar todo lo estratégico, pues propongo que se nacionalice todo aquello que nos causa malestar.
Así estaremos arrechos sólo con el gobierno, como es lo natural.



Alejandro Luy

17 de febrero de 2007